La casa 21x21 se emplaza en un sector constituido del balneario de Zapallar, en la calle que baja a la Caleta de Pescadores, en un lugar rodeado de pinos macrocarpas deformados por el viento, característicos de la zona. El sitio tenía un bajo, por lo que se optó por elevar el nivel principal accediendo por una rampa, armando una plataforma cuadrada de 21x21 mts, desde donde el mar y su litoral son visibles a través de los árboles. A esta planta cuadrada se le extrajeron pedazos, generando vacíos que vinculan los niveles, se construyeron otros que arman la plaza exterior, se dejaron los árboles existentes atravesando la placa y dos de sus caras más expuestas y vulnerables al entorno, se protegieron con unas celosías de madera de Cedro Boliviano regulables, para manejar las vistas y la luz. La casa, para una navegante como propietario, se piensa como una nave catamarán que posa sus dos pontones y deja liberado el terreno, terreno que tiene un desnivel del que sale proyectada la piscina como objeto, suspendida en el aire, rompiendo los límites del cuadrado, una piscina de nado de hormigón como una roca, de 20 mts de largo. Los zócalos se trabajaron con lajas de piedra de la zona, las láminas horizontales son de hormigón visto, las cubiertas de madera de Teka propia de los barcos y su interior se revistió en madera, con puertas correderas para integrar los espacios y hacerlos multipropósito.